“En la bendición patriarcal recibida quince años antes, a Bryant se le había prometido: ‘No sólo llegarás tú a ser grande sino que tu posteridad también lo será; de tus lomos saldrán estadistas, profetas, sacerdotes y Reyes del Altísimo. El Sacerdocio jamás se apartará de tu familia. No habrá fin para tu posteridad… y el nombre de Hinckley será honrado en todas las naciones debajo de los cielos’. Meses después del fallecimiento de su esposa, Bryant Hinckley sintió que sus hijos necesitaban una madre y él una compañera. En aquel entonces era rector del LDS Business College, y Ada Bitner, talentosa profesora de inglés y de taquigrafía, formaba parte del personal docente. Después de un breve noviazgo, Bryant y Ada se casaron en el Templo de Salt Lake, el 4 de agosto de 1909.
“El día que Bryant y Ada se regocijaron por la llegada de su primer hijo, no pudieron haber previsto que en gran manera ese hijo daría cumplimiento a la profecía. Nació el 23 de junio de 1910, y recibió el nombre de soltera de su madre, por lo que se le conocería como Gordon Bitner Hinckley” (Dew, Go Forward with Faith, pág. 22).
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