miércoles, 14 de marzo de 2012

Cuatro Versiones Incas de la Leyenda del Dios Blanco / Parte 3 de 3

Partes 3 y 4 conclusión

por Kirk Magleby

Viracocha un Dios Hacedor del mundo

Juan de Betanzos era un cronista y conquistador español, de los primeros que invadieron el Perú al mando de Francisco Pizarra. Apenas llegaran a esa tierra, Betanzos comenzó a estudiar el quechua, el idioma de los incas, y pudo dominarlo hasta el punto de ser nombrado Intérprete oficial de la corte real.

Las primeras de sus obras que se publicaron fueron dos diccionarios Español-Quechua. Betanzos se casó con una princesa Inca y se estableció en Cuzco, reuniendo datos y observaciones que él mismo conseguía, hasta 1551, año en que se publicó su tratado sobre la historia y las tradiciones de los indios andinos titulado Suma y narración de los incas.

Al escribir, tenía especial cuidado en "guardar la manera y orden de hablar de los naturales" (dedicatoria del libro).

Esta es su descripción del dios Viracocha:

". . . que preguntando a los indios que figura tenía este Viracocha cuando ansíle vieron los antiguos, según que dello ellos tenían noticia y dijeronme que era un hombre alto de cuerpo y que tenía vestidura blanca que le daba hasta los pies, y questa vestidura traía ceñida, é que traía el cabello corto y una corona hecha en la cabeza a manera de sacerdote

y andaba destocado, y que traía en las manos cierta cosa que á ellos les parece el día de hoy como estos breviarios que los sacerdotes traían en las manos . . . preguntóles como se llamaba aquella persona en cuyo lugar aquella piedra era puesta5, y dijeronme que se llama Con Tici Viracocha Pachayachachic, que quiere decir en su lengua, Dios Hacedor del mundo."

Viracochanpa un Dios de milagos

Muy poco se sabe del que escribió la leyenda que aparece más abajo. Se trataba de un indio procedente del sur del imperio inca, que se enorgullecía de haber sido "cristianizado". Firmó sus escritos con el nombre don Juan de Santacruz Pachacuti Yamqui, y el manuscrito, hecho en una extraña mezcla de español y quechua, permaneció inédito hasta 1880. No obstante, la versión del dios blanco que da este autor es por demás interesante:

"Y passado algunos años después de aberlos ydo y echado a los demonios . . . desta tierra, an llegado entonces a esas provincias y reynos de Tabanatinsuyo un hombre barbudo, mediano de cuerpo y con cabellos largos, y con camissas algo largas, y dizen que era ya hombre passado más que de moco, y trayey las canas, hera flaco, el qual andava con su bordón, y era que enseñaba a los naturales con gran amor, llamándoles a todos hijos y hijas, el qual no fueron oydos ni hechos casso de los naturales, y guando andaba por todas las provincias ha hecho muchos milagros, y bisibles; solamente con tocar a los enfermos los sanaba, el qual no trayey enteres ninguno ni trayey atos, el qual dizen que todas las lenguas hablava mejor que los naturales, y le nombravan TON APA o TARAPACA VIRACOCHANPA CHAYACHICACHAN o PACCHACAN Y BICCHHAYCAMAYOC _CUANACUYCAMAYOC . . . Reprehendiéndoles con amor afable, y por el dicho Apotampo los oyeron con atención, recibiéndole el dicho palo en su mano, de modo que en un palo los recibieron lo que les predicava, señalándoles y rayándoles cada capitulo de las rrazones. Este barón llamado Thonapa dizen que andubo por aquellas provincias de los collasuyos, predicándoles sin descansar. . . El cual dicho Thonapa dizen que los maldijo el dicho pueblo, de que vino a azer anegados con agua, y el día de oy se llama Yamqui Cupacocha, la laguna, que los yndios deste tiempo casi todos lo saben que como antiguamente hera pueblo principal y agora es laguna. Lo uno dizen que en un cerro muy alto llamado Cachapucara,. estaba o abia un ydolo en figura de mujer, a el cual dizen que Tunapa tuvo gran

odio con el dicho ydolo, y después le hecho fuego y se abrasó el dicho cerro con el dicho ydolo, rrebentandoles y derretiendoles como una cera el dicho cerro, y hasta el día de oy hay señales de aquel milagro espantable, jamás oído en el mundo . . . Dizen quel dicho Tunapa pasó siguiendo al rrío de Chacamarca, hasta topar en la mar. Entiendo que pasó por el estrecho hacia la otra mar. Esto han averiguado por antiguos inqas antiquísimos."

Conclusión

Uniendo los elementos de estas cuatro versiones de la tradición inca del dios blanco en una sola descripción, surge un interesante retrato del dios Viracocha.

Se trataba de un dios creador que vino a la tierra a visitar a los hombres a quienes había creado, a instruirlos y organizarlos. Era de piel blanca, de estatura mediana o grande, y llevaba puesta unatúnica blanca, sujeta en la cintura, que le llegaba hasta los pies; ya no era un jovenzuelo; tenía e¡ pelo blanco y era delgado; cuando caminaba, llevaba un báculo y un libro en las manos, y algunas veces se le vio llevar una corona en la cabeza. Aunque demostraba suprema autoridad, hablaba con humildad y amor, llamando a todos sus hijos e hijas.

Muy anterior a la época del imperio inca, la visita de este Viracocha se constituyó en la tradición más importante de los pueblos andinos. Durante muchos días antes de su venida, el sol se oscureció y la gente sufrió tremendas privaciones por la falta de luz solar. Sólo después de mucho suplicar y orar intensamente se les devolvió la luz, después de lo cual apareció el Viracocha. En todas las partes que visitó, llevó a cabo milagros; hizo que se aplanaran las colinas y se levantaran los valles para formar montañas; hizo brotar agua de las rocas, devolvió la vida a hombres y animales y caminó sobre las aguas; curó a los enfermos con solamente tocarlos, y hablaba todos los idiomas de la región con igual facilidad. Cuando Viracocha maldijo una ciudad, ésta quedó sumergida en un lago y todos sus habitantes se ahogaron; maldijo una montaña, y ésta fue consumida por fuego del cielo. El dio a los hombres los mandamientos de amar a su prójimo y tratarlo con caridad; además, amonestó a la gente por su iniquidad.

Les entregó una copia de su sermón, escrita en un palo, y luego la revisó con ellos haciendo hincapié en los puntos importantes. Habló a una gran congregación, diciéndoles los acontecimientos que sobrevendrían, y les advirtió que aparecerían hombres que declararían falsamente ser el Viracocha; pero también les prometió que en tiempos futuros les enviaría mensajeros y siervos suyos para enseñarles y protegerlos.

No poseyendo valores materiales, Viracocha se fue sobre el mar al final de su visita, y el pueblo jamás volvió

a saber de él.

No resulta difícil comprender que algunas personas declaren que existe una fuerte relación entre las muchas versiones de la leyenda del dios blanco que tienen los diversos pueblos indígenas de América y el relato de la visita del Cristo resucitado a los pueblos americanos, registrado en el Libro de Mormón.

Muchos de los detalles de estas versiones peruanas de dicha leyenda parecen dar crédito a esas afirmaciones. Más aún, parecería que los indios que las relataron a los cronistas españoles las conocían muy bien.

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